Con la popularización de los modelos de lenguaje generativos (LLMs) como ChatGPT, Claude, Gemini y Copilot, estamos presenciando un nuevo ciclo en la ingeniería de software. No se trata solo de herramientas que completan líneas de código, sino de plataformas que interpretan ideas, construyen bloques funcionales, ajustan la sintaxis y optimizan estructuras casi al instante. Estamos pasando del “diseño antes del código” (design before code) al “de la idea al código” (idea-to-code).
De la intuición al despliegue
Lo que hace que el vibe coding sea tan transformador es su capacidad para reducir drásticamente la distancia entre la concepción y la ejecución. En lugar de comenzar con una arquitectura detallada o diagramas extensos, el desarrollador inicia con un comando, un boceto o una pregunta. La IA responde con una propuesta de solución. El proceso continúa en ciclos rápidos de refinamiento y validación, con el humano en el rol de editor y estratega.
Esta dinámica permitirá automatizar tareas repetitivas del desarrollo, como la generación de boilerplate, pruebas unitarias, scripts de automatización y refactorización básica. Así, los desarrolladores pueden enfocarse en lo que realmente importa: arquitectura, experiencia del usuario y resolución de problemas estratégicos.
No es casualidad que equipos pequeños estén logrando resultados exponenciales. Entrevistas publicadas por la aceleradora Y Combinator muestran que startups con menos de 10 personas están alcanzando ingresos millonarios, algo impensable hace pocos años. La combinación de IA generativa, entornos en la nube y herramientas colaborativas está nivelando el campo de juego, permitiendo que equipos pequeños entreguen valor a escala global.
En grandes empresas, este nuevo paradigma ya es una realidad. Durante la LlamaCon 2025 —la primera conferencia dedicada exclusivamente a desarrolladores e investigadores interesados en los modelos de IA Llama, desarrollados por Meta—, Satya Nadella, CEO de Microsoft, reveló:
Entre el 20% y el 30% del código en los repositorios de la compañía ya es generado por inteligencia artificial, lo que refuerza la rapidez con la que el desarrollo asistido por IA está siendo incorporado al flujo de trabajo de la ingeniería de software a gran escala.”
El mercado global de software con IA generativa, que incluye soluciones de vibe coding, plataformas low-code y no-code, crecerá de aproximadamente 196.630 millones de dólares en 2022 a cerca de 1,81 billones de dólares en 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 37,3%, según proyecciones de Grandview Research.
Pero no todo es color de rosa
Aun así, el panorama no está libre de desafíos. El vibe coding no es un atajo mágico hacia la calidad, y mucho menos un reemplazo de la ingeniería tradicional. Requiere mayor discernimiento técnico, sentido crítico y conciencia sobre arquitectura, control de versiones, pruebas, seguridad y escalabilidad.
Cuando se usa de forma irresponsable, el vibe coding puede generar deudas técnicas difíciles de resolver. Un código que “funciona” no es necesariamente un código sostenible. Por eso, el rol del desarrollador como arquitecto de la solución sigue siendo central. La IA es poderosa, pero aún opera con base en patrones estadísticos, necesitando contexto, objetivos claros y curaduría humana.
Esto no es una revolución que rompe con el pasado. Es una evolución que amplía las posibilidades de quienes ya dominan los fundamentos de la ingeniería de software.
El programador como orquestador
Estamos viendo el nacimiento de un nuevo perfil de desarrollador: alguien que combina visión de producto, habilidades técnicas y dominio de herramientas de IA. Alguien capaz de traducir problemas de negocio en soluciones técnicas, con el apoyo de asistentes generativos, pero sin renunciar a la responsabilidad técnica. En lugar de menos código, estamos avanzando hacia un escenario de mejor código, más rápido y con menos fricción.
El vibe coding no elimina la complejidad del desarrollo. Pero nos da una nueva forma de enfrentarla: con creatividad, autonomía y herramientas más poderosas que nunca. La IA no vino a reemplazar programadores. Llegó para cambiar lo que significa “programar”.
Consejos para aprovechar al máximo el vibe coding:
Comienza con claridad
- Define tu visión con objetividad
- Usa herramientas como ChatGPT, Claude o Gemini 2.5 Pro para organizar ideas, trazar objetivos y mapear funcionalidades
Elige la herramienta adecuada para ti
- Principiantes: empieza con Bolt.new, Replit o Lovable
- Desarrolladores experimentados: prefiere VS Code, Cursor o Windsurf para flujos más sofisticados y control avanzado
Crea un plan de proyecto con la IA
- Elabora un archivo README.md o project.md en la carpeta del proyecto con:
- Descripción de lo que se construirá
- Funcionalidades previstas
- Ideas futuras
- Trabaja con la IA para simplificar este plan y desarrollarlo sección por sección
Escribe prompts específicos
- Instruye a la IA con claridad
- Evita frases vagas. Proporciona contexto, objetivos y restricciones siempre que sea posible
Construye en bloques pequeños
- Divide el proyecto en partes más pequeñas
- Implementa, prueba y haz commit por bloque
- Este enfoque facilita el debug y la evolución continua
Prueba rigurosamente
- Nunca asumas que el código generado por IA es perfecto
- Aplica pruebas unitarias, de integración y simulaciones en diferentes entornos
Usa herramientas avanzadas de vibe coding
- VS Code: integración con IA, sugerencias inteligentes y debugging eficiente
- Cursor: ideal para explorar, editar y generar código con asistencia continua de IA
- Windsurf: enfocado en productividad con soporte robusto para equipos y automatización
Cuidados técnicos y buenas prácticas
- Evita abstracciones innecesarias, prefiere soluciones simples y legibles
- Usa variables globales con precaución
- Documenta y comenta: aunque la IA genere el código, escribe comentarios y mantén documentación clara